11.1.08

¡Somos mayoría!

-Ese tipo de barba, ¿cómo se llama?- pregunta Wecandoit.
-Mariano- responde Virginia.
-Ah, sí Mariano, el del primo. Ése, ése mismo. Hay que ir a por él y los de su ralea…
-¿Por qué?
-Porque se va a gastar nuestro dinero, el de las lesbianas y madres solteras y divorciadas y anuladas, en fomentar un ministerio de la familia.
-Ah.
-¿Y qué familia será? –insiste Wecandoit cada vez más encendida- ¿La de los curas?
-No, no –le reponde sin querer Virginia- que ellos no tiene familia, que no son padre y madre e hijos. Son dios & Cía.
-Vaaale, pero sí que será la familia que ellos proponen como única válida: la familia tradicional de madre, padre, hijos.
-¿Y perros?- pregunta Virginia, realmente interesada en el tema de los animales.
-No creo, que entre en el concepto.
-¿Entonces?- vuelve a preguntar la Woolf- si no incluye a lesbianas, homosexuales, divorciados y divorciadas, padres y madres solteras, viudas y anulados, qué es la familia según Mariano?
-Una especie en extinción.
-Así no quedan familias prácticamente. Son una minoría.
-Y radical- apunta Wecandoit.
-Eso, y radical.
-Y nosotras somos la mayoría. Por primera vez, Virginia, formo parte de la mayoría. La normalidad.
-¿Ves? Ya nos hemos alegrado el día.
-Eso. Todo se ha iluminado.

8.1.08

Año nuevo: empieza la revolución

Luces, luces y más luces. Este año 2008 comienza iluminado y en medio de los haces sinuosos, sensuales y calientes de las luces de la ciudad, oigo mensajes que me oscurecen el cerebro.


La integridad de la familia es algo que preocupa a los jerifaltes de la Iglesia. El papa ha avalado los mensajes de Rouco Varela sobre la familia, dice el diario ABC y condena “los ataques preocupantes a la integridad de la familia, fundada sobre el matrimonio e
ntre un hombre y una mujer”. Pues, exclaman las de la Liga de Lesbianas Planetarias, “qué breve y diminuta y escasa es la familia tradicional”.
“Con razón hay que protegerla. Como una especie en extinción, como a una lengua minoritaria o a un
grupo independentista”, compara Virginia Woolf.

Hablan los obispos de que el laicismo radical, de que los radicales ateos y de que los radicales libres (los de la piel que ellos no tienen en su inconmensurable insensibilidad). Con tanto desgaste, la palabra radical está perdiendo lo que de alternativo tenía. ¿Qué no saben los oscuros y ricachoes obispos que el uso desgasta y… hasta deja ciego? Y ellos, si se nos permite, andan ciegos que te…

Pero bueno, lo que ocupa a quí a las chicas de la lLP es que quieren ponerse a insultar a los obispos tipo Rouco Valera porque están cansadas, como dijeron en un post anterior, de que estas cucarachas, ellas sí, radicales y, además, integristas, no se metan en sus asuntos y dejen en paz al resto de la humanidad que no piensa como ellos.
-A la familia tradicional (en cuyos anales hay un montón de abusadores tradicionales, maltratadores tradicionales, violadores tradicionales, incluso separados y anulados tradicionales –ah, Carolina de Mónaco-)- recuerda Arale- nadie le ha quitado ni un derecho, ni una quinta parte ni nada de nada. Así que ya vale. En cambio a la madre soltera, por ejemplo, la iglesia sí que le está quitando un derecho fundamental: el de tener y ser una familia.
-Eso –interviene Wecandoit, que en su país tiene a un tal Huckabee, un loco religioso, integrista, radical, sí, radical y fanático que se presenta a candidato a la presidencia diciendo que la teoría de la evolución de Darwin es dudosa… Claro, como la familia tradicional está en extinción…- Que se confiten su familia tradicional entre las piernas y que le canten loas al papa, de tendencias dudosas…

Wonder woman golpea la mesa con el puño cerrado:
-¡Si es que en Roma dicen que es maricón! Mi amiga del Trastevere me explicó que su ayudante es un joven tipo modelo Dolce&Gabbana.
-… y –prosigue Wecandoit- dejen en paz a las familias de verdad: las que están santificadas por el sexo y por el amor de todos los usos y colores: fraternal, animal, pasional, íntimo, extravertido, azul, rosa, lila o negro.
Aaaaaamén (terminación verbal de alta gradación que resume la palabra fóllamen).