26.5.12

Carta al Congreso Mundial de la Familia

Reúnanse, hagan lo que quieran, tengan hijos, no aborten, no sean homosexuales (cúrense si lo son), no sean feministas, no busquen la igualdad de género y, si son mujeres, quédense en casa. Nadie se lo prohíbe. Algunos hasta lo respetamos. Ustedes, en cambio, como todos los terroristas y los integristas, obligan, imponen y acusan con una violencia de palabra desmesurada, injusta, intolerante, sexista y atentadora contra los derechos fundamentales de la persona, lo que defiende la ONU. Son terroristas de los derechos humanos. Por eso les recomiendo -fíjense que ni siquiera se lo exijo- que practiquen la tolerancia. Es una disciplina muy humana y, créanme, divina.

25.5.12

Congreso del Terror en Madrid

Imposible permanecer en silencio. En Madrid se celebra estos días un acontecimiento llamado Congreso Mundial de las Familias. Y ahí le tenemos, armado y rearmado entre los suyos y entre gente como Mayor Oreja, al obispo de Alcalá, el señor Reig, cardenal Homofobicus por excelencia.
Pero no es sólo él, son todos los ponentes de este Congreso los que me aterra, un congreso que es un ejemplo de integrismo radical y separatista y excluyente.

A ver, como publica El País, dentro del programa de este aquelarre ultra tenemos una clara intención: el rearme ideológico, con ingredientes de moral, religión y ultraconservadurismo, frente a los tiempos que corren. “Autenticidad de la mujer: redescubriendo la vida en el hogar”, “soluciones al comportamiento homosexual”, “cómo mantener a la familia unida: soluciones prácticas”, “contra la ideología de género” o “ataques a la familia” -traducido al inglés como “el lobby homosexual”-. Son algunos de los temas, junto con “el doloroso drama del aborto” o “el coste social de la pornografía”.

Y ya puestos, ¿por qué no incluyen cómo ejercer malos tratos sin que se note o perfeccionar el bullying homofóbico en las escuelas y hacer que parezca un accidente? Ideologías como las que se propugnan desde foros como éste son caldo de cultivo para radicalismos, frustraciones y, finalmente, recursos de violencia frente a los recursos que brinda la tolerancia y una virtud tan difícil de entender para esta gente como lo es la humildad (es decir saber que uno no tiene la verdad absoluta de casi nada).

Por otro lado, de nuevo, el poder de los homosexuales queda patente en las tribulaciones de estas gentes, que deben tener serios problemas para concentrarse en su universo de lo aburrido e inhumano que debe ser, y dejar en paz los universos igualitarios, tolerantes, enriquecedores y compasivos que tenemos los demás. Pero ellos, no. Quieren que todos caigamos en la ignorancia. Y eso es algo que hay que combatir.


24.5.12

MICKEY MOUSE, A FAVOR DEL MATRIMONIO GAY

En medio de la que está cayendo, con la iglesia haciendo chantaje a Cáritas si tiene que pagar el IBI al Estado español; con lo del obispo de Alcalá coleteando sin cesar, con la manifestación de Falange el día de la final de la copa del rey en Madrid (tierra de Aguirre o la cólera de Dios) y el empecinamiento del ministro de cultura Wert en destruir la asignatura Eduación por la Ciudadanía eliminando del programa cualquier tema que genere controversia (familias alternativas, desigualdad, homofobia...), una de mis corresponsales en Brooklyn ha colgado en su facebook una noticia refrescante que debería ser portada en todos los medios: Mickey Mouse, a favor del matrimonio homosexual. 

¿Nunca os lo habíais preguntado? ¿Es probable que Blancanieves también apoye el matrimonio homosexual? ¿Y el Pato Donald? Pues, sí. Porque el planeta Disneyland tiene unas leyes más tolerantes que las de Rusia y las del Foro de la Familia. Todo ocurrió en Tokio, donde Koyuki Higashi y su pareja, Hiroko, contrajeron matrimonio en Disneyland Tokio tras preguntar si sería posible celebrar allí su boda. Primero les dijeron que sí, siempre y cuando una de ellas fuese vestida de hombre, alegando que, de otra manera, ver a dos novias, causaría cierto desconcierto entre el público. 
Sin embargo, al cabo de unos días, Koyuki e Hiroko recibieron la noticia de que no suponía ningún problema que se casaran en el parque y vestidas como quisieran. Que de acuerdo a la política oficial de Dinsneyland, "los matrimonios homosexuales estaban bien".